Ekklesía,
significa técnicamente “Asamblea de llamados fuera” y que nuestro Mesías Jesús
o Yeshúa (como era su nombre en hebreo y que significa "Salvación"),
y sus apóstoles lo aplicaron al Pueblo que es llamado a conformar el reino de
Dios, el que ha sido injertado en el olivo cultivado, (Romanos 11, Jeremías 11,
Efesios 2) sacado del mundo.
El Romanismo,
quien se apodero del “cristianismo” (desde la falsa conversión del emperador
romano Constantino, hasta nuestros días), fue quien poco a poco corrompió y
distorsionó, a la “Ekklesía de Jesús” o "pueblo llamado fuera”,
cambiándola por su visión de una “Iglesia o congregación convocada y controlada
adentro, independiente y separada del pueblo de Israel”. Esta usurpación o
cambio de “Ekklesía, o reino llamado fuera” por “Iglesia o reunión a dentro”
dio inicio con la teología de Agustín de Hipona (386 DC), el cual dio un amplio
apoyo a la idea de que “El verdadero reino de Dios está representado en la
Iglesia, reunida dentro, con una vida interna, formada por gentiles aparte de
Israel”. Esta es una idea completamente diferente de lo que significa
pertenecer a la familia de Dios, y vivir de manera peculiar y apartada
(santidad), porque su pueblo ya no está en esclavitud.
Todos los
demás textos paulinos, epistolares o bíblicos, en los cuales aparece la palabra
“Ekklesia” y que fueron traducidos no muy certeramente como “Iglesia” en la
RV60, si los tradujéramos correctamente como “llamados o convocados fuera” nos
darían una armonía total con toda la enseñanza bíblica, (A Abraham lo llamó
Dios fuera de Ur (Babilonia Gn. 12), a Israel los llamó fuera de Egipto (Ex.
12), a los gentiles a dejar el paganismo para ser parte de su nación escogida
(Hch 15), y al final de los tiempos vuelve a llamar fuera a su pueblo para
salir de Babilonia (Ap 18) y desde luego con la cosmovisión de Dios de llamar y
conformar un Reino, de reyes y sacerdotes, no de una Iglesia confinada a un
edificio, diferente del pueblo que llamó fuera de Egipto, una multitud mezclada
que decidió seguir y amar al Dios de Abraham, Isaac y Jacob (Núm. 15:15), controlada
por una institución jerárquica o denominacional, somos parte de un reino que el
Padre empezó a formar en el Sinaí. Lo que provocó este error de definición se
ha tornado en falta de unidad, pérdida de identidad, y un sistema clerical, que
controla la fe, la doctrina y aleja al creyente de la verdad de toda la
Escritura.
Éxo. 19:6 Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel.Dt. 5:22 Estas palabras habló Jehová a toda vuestra congregación (Kajal, heb=Llamados fuera, la septuaginta lo tradujo como Ekklesía) en el monte, de en medio del fuego, de la nube y de la oscuridad, a gran voz; y no añadió más. Y las escribió en dos tablas de piedra, las cuales me dio a mí.Apo. 5:10 y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.1Pe. 2:9 Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;
Mat 18:15-17 Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos... Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano.1Co. 1:2 a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro.
Efe 2:12-19 En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo...
Efe 2:19 Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios.
Hemos sido
llamados a salir fuera del sistema de este mundo, no a conformarnos a un
sistema religioso, cómodo, que sigue tradiciones de hombres, y doctrinas que no
predican la verdadera fidelidad al Dios de la Biblia y que no proclaman una
vida santa, "apartada del mundo" como la de nuestro Mesías.
Isa. 48:20 Salid de Babilonia, huid de entre los caldeos; dad nuevas de esto con voz de alegría, publicadlo, llevadlo hasta lo postrero de la tierra; decid: Redimió Jehová a Jacob su siervo.
Isa. 52:11 Apartaos, apartaos, salid de ahí, no toquéis cosa inmunda; salid de en medio de ella; purificaos los que lleváis los utensilios de Jehová.
Jer. 51:45 Salid de en medio de ella, pueblo mío, y salvad cada uno su vida del ardor de la ira de Jehová.
Apo. 18:4 Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas.
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