miércoles, 27 de enero de 2016

Ekklesía ¿Qué significa la palabra iglesia?

Ekklesía, significa técnicamente “Asamblea de llamados fuera” y que nuestro Mesías Jesús o Yeshúa (como era su nombre en hebreo y que significa "Salvación"), y sus apóstoles lo aplicaron al Pueblo que es llamado a conformar el reino de Dios, el que ha sido injertado en el olivo cultivado, (Romanos 11, Jeremías 11, Efesios 2) sacado del mundo.



El Romanismo, quien se apodero del “cristianismo” (desde la falsa conversión del emperador romano Constantino, hasta nuestros días), fue quien poco a poco corrompió y distorsionó, a la “Ekklesía de Jesús” o "pueblo llamado fuera”, cambiándola por su visión de una “Iglesia o congregación convocada y controlada adentro, independiente y separada del pueblo de Israel”. Esta usurpación o cambio de “Ekklesía, o reino llamado fuera” por “Iglesia o reunión a dentro” dio inicio con la teología de Agustín de Hipona (386 DC), el cual dio un amplio apoyo a la idea de que “El verdadero reino de Dios está representado en la Iglesia, reunida dentro, con una vida interna, formada por gentiles aparte de Israel”. Esta es una idea completamente diferente de lo que significa pertenecer a la familia de Dios, y vivir de manera peculiar y apartada (santidad), porque su pueblo ya no está en esclavitud.

Todos los demás textos paulinos, epistolares o bíblicos, en los cuales aparece la palabra “Ekklesia” y que fueron traducidos no muy certeramente como “Iglesia” en la RV60, si los tradujéramos correctamente como “llamados o convocados fuera” nos darían una armonía total con toda la enseñanza bíblica, (A Abraham lo llamó Dios fuera de Ur (Babilonia Gn. 12), a Israel los llamó fuera de Egipto (Ex. 12), a los gentiles a dejar el paganismo para ser parte de su nación escogida (Hch 15), y al final de los tiempos vuelve a llamar fuera a su pueblo para salir de Babilonia (Ap 18) y desde luego con la cosmovisión de Dios de llamar y conformar un Reino, de reyes y sacerdotes, no de una Iglesia confinada a un edificio, diferente del pueblo que llamó fuera de Egipto, una multitud mezclada que decidió seguir y amar al Dios de Abraham, Isaac y Jacob (Núm. 15:15), controlada por una institución jerárquica o denominacional, somos parte de un reino que el Padre empezó a formar en el Sinaí. Lo que provocó este error de definición se ha tornado en falta de unidad, pérdida de identidad, y un sistema clerical, que controla la fe, la doctrina y aleja al creyente de la verdad de toda la Escritura.

Éxo. 19:6 Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel.Dt. 5:22 Estas palabras habló Jehová a toda vuestra congregación (Kajal, heb=Llamados fuera, la septuaginta lo tradujo como Ekklesía) en el monte, de en medio del fuego, de la nube y de la oscuridad, a gran voz; y no añadió más. Y las escribió en dos tablas de piedra, las cuales me dio a mí.Apo. 5:10 y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.1Pe. 2:9 Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;
Mat 18:15-17 Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos... Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano.1Co. 1:2 a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro.
Efe 2:12-19 En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo...
Efe 2:19 Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios.

Hemos sido llamados a salir fuera del sistema de este mundo, no a conformarnos a un sistema religioso, cómodo, que sigue tradiciones de hombres, y doctrinas que no predican la verdadera fidelidad al Dios de la Biblia y que no proclaman una vida santa, "apartada del mundo" como la de nuestro Mesías.
 Isa. 48:20 Salid de Babilonia, huid de entre los caldeos; dad nuevas de esto con voz de alegría, publicadlo, llevadlo hasta lo postrero de la tierra; decid: Redimió Jehová a Jacob su siervo.
Isa. 52:11 Apartaos, apartaos, salid de ahí, no toquéis cosa inmunda; salid de en medio de ella; purificaos los que lleváis los utensilios de Jehová.
Jer. 51:45 Salid de en medio de ella, pueblo mío, y salvad cada uno su vida del ardor de la ira de Jehová.
Apo. 18:4 Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas.

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martes, 26 de enero de 2016

Génesis - La creación de la luz (Parte 1)



Sin Jesús nuestro Mesías (Su nombre es Yeshúa y significa Salvación) nuestra vida está sin forma y vacía, por eso necesitamos venir a la luz para que nos revele nuestras tinieblas, para que nos muestre nuestro desorden, nosotros no podemos quitarnos por nosotros mismos las tinieblas, necesitamos venir a su luz, y luego caminar en su luz.

Si vienes a Cristo y te sujetas a su autoridad, si decides caminar detrás de sus pasos, entonces permaneciendo en el, andarás en su luz admirable.

Gn. 1:2-4 Y la tierra estaba sin orden y vacía, y las tinieblas cubrían la superficie del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la superficie de las aguas.Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz. Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas.

Sal 107:13-14 Luego que clamaron a Jehová en su angustia, Los libró de sus aflicciones; Los sacó de las tinieblas y de la sombra de muerte, Y rompió sus prisiones.

Sal. 119:105 Lámpara es a mis pies tu palabra, y luz para mi camino.

Sal. 19:8 Los preceptos del SEÑOR son rectos, que alegran el corazón; el mandamiento del SEÑOR es puro, que alumbra los ojos.

Sal. 43:3 Envía tu luz y tu verdad; que ellas me guíen, que me lleven a tu santo monte, y a tus moradas.

Prov. 6:23 Porque el mandamiento es lámpara, y la enseñanza luz, y camino de vida las reprensiones de la instrucción,

Isa. 9:2 El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos.

Luc. 11:36 Así que, si todo tu cuerpo está lleno de luz, no teniendo parte alguna de tinieblas, será todo luminoso, como cuando una lámpara te alumbra con su resplandor

Juan 3:19 Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.

Juan 12:46 Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas.

Juan 3:19-21 Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios.

Juan 8:12 Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.


Efe. 5:8 Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz

viernes, 8 de enero de 2016

¿Qué significa andar en el camino de Jehová/Yahweh?

Y Jehová dijo: ¿Encubriré yo a Abraham lo que voy a hacer, habiendo de ser Abraham una nación grande y fuerte, y habiendo de ser benditas en él todas las naciones de la tierra?  Porque yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová, haciendo justicia y juicio, para que haga venir Jehová sobre Abraham lo que ha hablado acerca de él. Gén 18:17-19 

En hebreo “camino” se dice דרך (derekh, Strong #1870)


Estar en el camino correcto, es un asunto muy importante en la Escritura, si esto es así la pregunta es:

¿Cómo sé que estoy en el “camino” y no “perdido”?


Cuando alguien está viajando en el desierto, es importante mantenerse en el curso correcto, de otra manera, si se sale del camino, perderá las marcas de los guías, los pastos verdes y el agua, si te sales del camino, te vas a perder y finalmente morirás, sino regresas al camino donde está la seguridad para seguir vivo.  La palabra en hebreo que implica “seguir en curso” es צדיק (tsadyq, Strong's #6662) y “salirse de curso” se dice  רשע (rashá, Strong's #7563), Tsadyq literalmente significa “mantenerse en curso o en el camino” y esta palabra es traducida comúnmente como “justo” y rashá, significa literalmente “salirse del camino”, y es traducida como “malvado o inicuo”, pero “justo” y “malvado” no explican con claridad lo que las palabras en hebreo significan con precisión.

Uno que es “justo” se mantendrá en el “camino” siguiendo las instrucciones de Dios, por otro lado, alguien que es “malvado” o “impío” está perdido de las fuentes de vida y su vida peligra.

Proverbios 10:11 dice: “Manantial de vida es la boca del justo (tsadyq); pero violencia cubrirá la boca de los impíos (rashá).

Cuando alguien se da cuenta que está perdido (rashá) su meta debe ser volver al “camino” correcto, esta idea está expresada en el verbo שוב (shuv, Strong's #7725). Este verbo es traducido como “arrepentimiento” (volver al camino) de la maldad (haber perdido el camino) y regresar a los mandamientos (Torah, que significa Instrucciones, marcas del guía) de Dios.

Y tú volverás (shuv), y oirás la voz de Jehová, y pondrás por obra todos sus mandamientos que yo te ordeno hoy. Dt. 30:8 

Desde esta perspectiva, el pasaje de Deuteronomio dice: “Tú escucharás la voz de Yahweh, y regresarás al camino, seguirás sus instrucciones, que hoy te señalo”.
Jesús o Yeshúa como es su nombre en hebreo y que significa “salvación”, dijo de sí mismo, que Él era “El Camino, la Verdad y la Vida” (Juan 14:6), esta declaración explica su propósito, su carácter y su naturaleza.

Si la única manera de mantenernos en el “camino” del Padre es siguiendo sus instrucciones, nuestro Mesías, se está atribuyendo literalmente el mismo propósito de las Escrituras, si esto es así, qué otro testigo tenemos para probar esta afirmación.
Juan 1:1 -3 En el principio era la palabra, y la Palabra era con Dios, y la Palabra era Dios.  Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.

Juan 1:14  Y aquella Palabra fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.
Así que la misma Palabra que dijo “sea la luz”, es la misma palabra que se hizo carne y habitó entre nosotros, ahora nos queda claro que cuando el Mesías dice “yo soy el Camino” es porque él es “la Palabra, la instrucción, la Toráh" (que se traduce como ley) que nos dirige de nuevo al Padre.

Dt. 10:12-13  Ahora, pues, Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios de ti, sino que temas a Jehová tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma; que guardes los mandamientos de Jehová y sus estatutos, que yo te prescribo hoy, para que tengas prosperidad?

Jesús/Yeshúa nos enseñó a andar en el camino del Padre, seguir sus pasos, Él y sus enseñanzas son la forma más sencilla de aprender a regresar al camino correcto. Mateo 5:17-20

Nuestro Mesías también dijo que era la verdad, y en la Escritura esto sólo significa una cosa:

Sal. 119:142  Tu justicia es justicia eterna, Y tu ley la verdad.

No puede haber dos verdades o dos caminos, porque entonces uno no lo sería, y en el Nuevo Testamento, significa lo mismo:

Juan 17:17  Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.

Entonces la Palabra de Dios es la verdad y nuestro Mesías, también es la verdad, tenemos dos palabras que implican lo mismo, la ley del Señor, la Toráh o sus instrucciones, son “el camino” por el que debemos andar y también son “la verdad”.

Finalmente en Juan 14:6 Jesús/Yeshúa dijo que él era la vida, y necesitamos encontrar por lo menos dos testigos en la Escritura que nos expliquen esa declaración:

Sal 119:37  Aparta mis ojos, que no vean la vanidad; Avívame en tu camino.
Deuteronomio 5:33 Sigan por el camino que el Señor su Dios les ha trazado, para que vivan, prosperen y disfruten de larga vida en la tierra que van a poseer.
Juan 6:63 El Espíritu da vida; la carne no vale para nada. Las Palabras que les he hablado son espíritu y son vida.
1 Juan 1:5 En cambio el amor de Dios se manifiesta plenamente en la vida del que obedece su Palabra.

Allí lo tienes, la Palabra de Dios es camino, verdad y vida, y el Mesías quien es la Palabra de Dios encarnada es el camino, la verdad y la vida.

El Eterno Creador del universo, no cambia, y su camino, es el mismo, quizás es hora de examinar lo que realmente significa andar en sus caminos, caminar en las obras que el preparó de ante mano para que anduviésemos en ellas (Efesios 2:8-10).

Lev. 26:3; Dt. 8:6; Dt. 11:22; Dt. 19:9; Dt. 26:17; Dt. 30:6; Sal. 119:55; 2 Jn. 1:6; 2 Jn. 1:9

Nuestra vida es un viaje de regreso al “Camino” del Padre Eterno, La Biblia es el mapa, donde están las instrucciones para hacerlo, y nuestro Mesías es quien habiendo pagado el precio para nuestro rescate, nos libra de las consecuencias de haber fallado, cuando creemos en Él y decidimos volver al camino de vida, entonces seguimos los pasos del Mesías, nos hacemos discípulos de Yeshúa y entonces haciendo la voluntad del Padre encontramos las marcas o la señalización para andar en la senda antigua de vida, pero si no leemos el mapa, ¿cómo vamos a volver a su camino?


Así dijo Jehová: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma. Mas dijeron: No andaremos. Jer. 6:16

viernes, 1 de enero de 2016

Lo que es y lo que no es ser un discípulo


Cuando nuestro Mesías estaba por ascender a los cielos, tomó tiempo para dejar las últimas instrucciones a sus seguidores, y esto fue lo que les dijo:
Mat. 28:19-20  Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;  enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.
Esta instrucción profética es parte del plan que el Padre diseñó desde el principio de la historia de la humanidad, que era necesario que el trajera a su pueblo de regreso de los cuatro confines de la tierra.

Luc. 21:24  Y caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones; y Jerusalén será hollada por los gentiles, hasta que los tiempos de los gentiles se cumplan 
Gén 48:17-19  Entonces viendo José que su padre ponía la mano derecha sobre la cabeza de Efraín, le pesó en sus ojos; y tomó la mano de su padre, por quitarla de sobre la cabeza de Efraín a la cabeza de Manasés.  Y dijo José a su padre: No así, padre mío, porque éste es el primogénito; pon tu diestra sobre su cabeza. Mas su padre no quiso, y dijo: Lo sé, hijo mío, lo sé; también él vendrá a ser un pueblo, y será también acrecentado; pero su hermano menor será más grande que él, y su simiente será plenitud de gentiles.
Rom. 11:25  Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes acerca de vosotros mismos; que la ceguedad en parte aconteció en Israel, para que entre tanto entrase la plenitud de los gentiles;
Jesús dijo que hiciéramos discípulos, no convertidos. Es de suma importancia que entendamos esto, porque antes de ir y hacer discípulos tenemos que reconocer que todos somos discípulos, que todos estamos en este proceso de ser como el Maestro. Pero es difícil entender un concepto si no somos puntuales con las definiciones, así que iniciemos por precisar lo que significa la palabra discípulo.

En el Antiguo Testamento encontramos la palabra discípulo en primera de Crónicas:
1 Cr. 25:8  Y echaron suertes para servir por turnos, entrando el pequeño con el grande, lo mismo el maestro que el discípulo.
En hebreo se dice: “Talmid” y significa alumno, la raíz de esta palabra es “lamad”; propiamente significa aguijonear, (siendo la vara un incentivo oriental):- acostumbrar, adiestrar, aprender, domar, ensayar, enseñar, instruir, hábil.

En griego encontramos este término en Mateo:
Mat. 10:24-25  El discípulo no es más que su maestro, ni el siervo más que su señor. Bástale al discípulo ser como su maestro, y al siervo como su señor. Si al padre de familia llamaron Beelzebú, ¿cuánto más a los de su casa?
En griego se dice: “Madsetés” y significa alumno:- discípulo, la raíz es madséo, y significa aprendiz, saber, estudiar.

Entonces un discípulo por definición es uno que aprende, es adiestrado, entrenado y corregido en algunos casos con el incentivo de la vara de la disciplina, con el propósito de acostumbrarlo para que sea hábil. El discípulo aprende, y ensaya lo que su Maestro le instruye a hacer, porque su meta es ser como él.

Así que teniendo la definición precisa podemos aclarar lo que no es un discípulo:

  1.             Un discípulo no es uno que tomó una clase o que ha estudiado un manual de discipulado (llámese Plan Maestro de Discipulado Cristiano, Perfeccionando a los Santos, Nueva Vida en Cristo,  ¿Qué es un Cristiano?, o su manual de preferencia. Ahora no estoy diciendo que un discípulo no pueda o deba estudiar algún material en particular, puede ser una herramienta útil de estudio, pero eso no es lo que lo que te hace un discípulo.
  2.             Un discípulo no es uno que hace su devocional todas las mañanas, ciertamente un discípulo necesita ser un estudiante diligente de la Palabra de Dios, y necesita orar todos los días, pero hacer eso no te hace un discípulo.
  3.            Un discípulo no es alguien que asiste a un grupo pequeño y a la celebración de la iglesia. No tampoco estoy diciendo que un discípulo no deba congregarse y reunirse con otros a estudiar la Biblia, pero reunirte, no te convierte en discípulo.

Entonces ¿qué te convierte en un discípulo?

Primero necesitamos recordar, que un discípulo es uno que sigue a un maestro, aprende de él, se deja corregir por él, y le permite entrenarlo hasta que es un experto, ¿quién es nuestro Maestro?, eso es fácil, nuestro Maestro es Jesús el Mesías, o Yeshúa de Nazaret como le decían sus primeros seguidores, y me encanta su nombre en hebreo porque significa “Salvación”.

La mejor manera de descifrar el misterio es dejando que sean las mismas Escrituras las que nos definan el proceso de convertirnos en discípulos del Mesías de Israel.

1.       Mat. 16:24  Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.
a.        Ser discípulo del Maestro Yeshúa es negarse a uno mismo, eso significa decirle no a lo que yo quiero, a lo que mi carne anhela, después debo tomar mi cruz y eso significa simplemente morir y seguirle. Suena muy dramático, pero es simple, para nacer de nuevo tienes que morir, el grano tiene que morir, después caer en tierra y hasta entonces podrá germinar y producir fruto.

2.       Juan 8:31  Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos;
a.       Si anhelas ser un discípulo del Mesías es necesario permanecer en su Palabra, no se trata sólo de conocerla, pero tienes que estudiar toda su enseñanza, todo lo que dijo, necesitas volverte un experto en las letras rojas de la Biblia, cuando estudias la Biblia necesitas usar a Cristo como mentor, como intérprete, como el contexto de todo lo que leas, todo lo que entiendas de la Escritura tiene que concordar con sus Palabras y su enseñanza, porque el no vino a decir nada que no haya salido de la boca del Padre y esto nos lleva al siguiente punto.

3.       Juan 15:10  Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; como yo también he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor.
a.       Jesús dijo que si permanecemos en su Palabra seremos sus discípulos, y el Juan 15 (y te recomiendo que lo leas completo) dice que permanecer en las palabras del Mesías es obedeciendo sus mandamientos, igual como el obedeció los mandamientos de su Padre. Así que permanecer no es sólo conocer sus instrucciones, es obedecer sus mandamientos, y sólo para aclarar, los mandamientos del Padre, son los mismos de Jesús. Juan 14:10  ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras.

4.       Mat. 7:21  No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
Mat 12:48  Respondiendo él al que le decía esto, dijo: ¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos? Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos. Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano, y hermana, y madre.
a.       Si dices que el Mesías es tu Maestro entonces harás la voluntad del Padre, Jesús no contradice nada de lo que el Padre que lo envió instruyó a su pueblo a hacer, así que un verdadero discípulo tomará tiempo para conocer la voluntad del Creador del universo desde Génesis hasta Apocalipsis, no te preocupes, tienes toda la vida para aprender y practicar, pero empieza hoy. Obedecer al Hijo es obedecer al Padre, y honrar al Padre es honrar al Hijo, (Jn. 12:44, Jn. 5:23,)

5.       Juan 13:35  En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.
a.       Una clara evidencia de que eres discípulo de Yeshúa es que amas a los demás, y la definición de amor, si la recuerdas es hacer lo correcto por los otros, es cuidarlos como un regalo preciado, no tiene que ver con sentimientos, sino con la decisión voluntaria de no hacer nada que los dañe y todo para protegerlos. No hablas mal de ellos, no les robas, no codicias, no murmuras ni levantas falso testimonio y haces lo necesario para cuidar su santidad y relación con Dios.

6.       Juan 15:8  En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos
a.       Un verdadero discípulo del Mesías, lleva mucho fruto, y esto a veces se confunde con ser evangelistas y llevar muchas personas a la iglesia, y aunque compartir las buenas noticias es una responsabilidad de cada creyente esto no es lo que significa bíblicamente llevar fruto. El fruto del Espíritu de acuerdo a Cristo en Juan 15, a Pablo en Gálatas 5 y a Santiago 3 es obediencia a las instrucciones de Dios, a todas ellas, lo opuesto a producir fruto espiritual es vivir en la carne y esto significa simplemente vivir en pecado, y la definición de pecado la tenemos en 1 Jn 3:4  "Cualquiera que hace pecado, traspasa también la ley; y el pecado es transgresión de la Ley".

7.       Isaías 8:16  Ata el testimonio, sella la ley entre mis discípulos.
a.       Un discípulo del Mesías, lleva como sello la ley del Señor en su mente y corazón, de esto se trata el Nuevo Pacto, la circuncisión del corazón y amar a Dios, el Padre trasladó su ley de tablas de piedra, a las tablas de nuestro corazón: Jer 31:31-33  He aquí que vienen días, dijo el SEÑOR, en los cuales haré nuevo pacto con la Casa de Jacob y con la Casa de Judá: No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui el marido de ellos, dijo el SEÑOR: Mas éste es el Pacto que haré con la Casa de Israel después de aquellos días, dijo el SEÑOR: Daré mi ley en sus almas, y la escribiré en su corazón; y seré yo a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.
b.      Eze 36:24-17  Y yo os tomaré de los gentiles, y os juntaré de todas las tierras, y os traeré a vuestra tierra. Y esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré. Y os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis mandamientos, y guardéis mis derechos, y los pongáis por obra.
c.       Deu 10:12-13,16  Ahora, pues, Israel, ¿qué pide el SEÑOR tu Dios de ti, sino que temas al SEÑOR tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma; que guardes los mandamientos del SEÑOR y sus estatutos, que yo te mando hoy, para que halles bien?...  Circuncidad, pues, el prepucio de vuestro corazón, y no endurezcáis más vuestra cerviz.
d.      Rom. 2:29  sino que es judío el que lo es en lo interior; y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del cual no es por los hombres, sino por Dios.

Ahora sabes lo que significa ser un discípulo del Mesías, tu meta es parecerte a Él cada día, aprender algo y ponerlo en práctica, tienes que ser un experto en sus enseñanzas, y además tienes que vivir de acuerdo a lo que aprendas de Él.  No te engañes a ti mismo, no basta ser religioso, no te sirve de nada, un día estaremos en su presencia y hay dos cosas que podemos escucharlo decir:
Mat. 25:21-23  Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. 
Mat. 7:22-23 Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?  Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.
La palabra maldad en griego es “anomía” y significa “sin ley”. Entonces ¿obedecer la ley nos salva? No, la ley nunca tuvo el propósito de salvarnos, la fe en Cristo es lo que te salva (Rom. 3:24), pero un verdadero creyente, vivirá de acuerdo a su fe. (Santiago 2:18), no puedes decir que crees en el Dios de Abraham, Isaac y Jacob, y no vives como vivieron ellos (Gén 26:5), la ley te bendice en esta tierra, te hace próspero aquí (Josué 1:8), y además le dices a Dios que lo amas (Juan 14:15).  La Palabra es la semilla, la tierra es tu corazón, la raíz es tu fe, el fruto es tu obediencia. Examínate, (2 Cor. 13:5) si no produces fruto de arrepentimiento, (Gal 5), mejor empieza por arrepentirte y volver a Dios, para que entonces puedas dedicarte a ser discípulo del Maestro.

El discipulado del creyente empieza cuando llega a la cruz de Cristo, o si lo miras desde la perspectiva del Tabernáculo en el desierto: al altar de sacrificio (Lv. 4:26), y termina en las Bodas del Cordero o el Lugar Santísimo (Éx. 26:33-34). Es una carrera que se corre en un camino angosto (Mt. 7:14), y requiere perseverancia, disfruta el proceso, recuerda a quién le perteneces, y a qué pueblo has sido injertado mientras corres y llegas a la meta.

1Pe. 2:9-10  Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia

Si vas a hacer listas o proponerte un plan para este año, lo mejor que puedes hacer es ponerte como meta ser un verdadero discípulo del Maestro, créeme, todo lo demás no es tan importante.

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