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miércoles, 2 de marzo de 2016

¿Qué significa agradar a Dios? OBEDIENCIA

¿Por qué insistir en la obediencia a las instrucciones de Dios?

Muy sencillo porque quien se declara seguidor de Yeshúa/Jesús el Mesías, ha sido liberado de la esclavitud del pecado:
  • Rom. 6:6 sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado con El, para que nuestro cuerpo de pecado fuera destruido, a fin de que ya no seamos esclavos del pecado; 
  • 1Jn 3:4 Todo el que practica el pecado, practica también la infracción de la ley, pues el pecado es infracción de la ley 
Quien ha sido salvado, también ha sido lavado de sus ídolos e inmundicias, y ha nacido de nuevo para vivir en santidad:
  • Eze 36:25-27 "Entonces os rociaré con agua limpia y quedaréis limpios; de todas vuestras inmundicias y de todos vuestros ídolos os limpiaré. Además, os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros; quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. Pondré dentro de vosotros mi espíritu y haré que andéis en mis estatutos, y que cumpláis cuidadosamente mis ordenanzas". 
  • Juan 3:5-6 Jesús respondió: En verdad, en verdad te digo que el que no nace de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es, y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. 
Ahora libre de las cadenas del pecado, puede vivir en justicia.
  • Rom. 6:20 Porque cuando erais esclavos del pecado, erais libres en cuanto a la justicia. 
  • Dt. 6:25 Y habrá justicia para nosotros si cuidamos de observar todos estos mandamientos delante del SEÑOR nuestro Dios, tal como El nos ha mandado. 
Has sido apartado para un uso honroso (santo):
  • 1Pe 1:16-17 porque escrito está: SED SANTOS, PORQUE YO SOY SANTO. Y si invocáis como Padre a aquel que imparcialmente juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor durante el tiempo de vuestra peregrinación; 
Este es el resultado del nuevo nacimiento, que ahora ya no andamos en la carne sino según el Espíritu, y esto no es un concepto místico es absolutamente concreto y práctico:
  • Rom 8:3-5 Pues lo que la ley no pudo hacer, ya que era débil por causa de la carne, Dios lo hizo: enviando a su propio Hijo en semejanza de carne de pecado y como ofrenda por el pecado, condenó al pecado en la carne, para que el requisito de la ley se cumpliera en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque los que viven conforme a la carne, ponen la mente en las cosas de la carne, pero los que viven conforme al Espíritu, en las cosas del Espíritu. 
¿Cuáles son las cosas del Espíritu que llevan a las personas a vivir haciendo la voluntad del Padre?
  • Rom 8:6 Porque la mente puesta en la carne es muerte, pero la mente puesta en el Espíritu es vida y paz; 
Esto no es nuevo, es lo mismo que se dijo de la ley de Dios:
  • Dt. 30:19 Al cielo y a la tierra pongo hoy como testigos contra vosotros de que he puesto ante ti la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escoge, pues, la vida para que vivas, tú y tu descendencia, 
En Gálatas 5 Pablo nos presenta las obras de la carne y del Espíritu y dice:
  • Gál 5:19-21 Ahora bien, las obras de la carne son evidentes, las cuales son: inmoralidad, impureza, sensualidad, idolatría, hechicería, enemistades, pleitos, celos, enojos, rivalidades, disensiones, sectarismos, envidias, borracheras, orgías y cosas semejantes, contra las cuales os advierto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. 
Y cuando habla de las obras del Espíritu concluye diciendo:
  • Gál 5:22-25 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio propio; contra tales cosas no hay ley. Pues los que son de Cristo Jesús han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu. 
Entonces no puedes andar en la carne (en transgresión de la ley) y heredar el reino, estás muerto, pero si andas en el Espíritu, no hay ley que te acuse.

La bendición de obedecer las instrucciones de Dios son para esta vida, no para la venidera, la vida abundante es ahora, después disfrutaremos de la recompensa o lloraremos y crujiremos los dientes por la pérdida, por no haber vivido de acuerdo a lo que dijimos creer.
  • Dt. 4:40 Así pues, guardarás sus estatutos y sus mandamientos que yo te ordeno hoy, a fin de que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti, y para que prolongues tus días sobre la tierra que el SEÑOR tu Dios te da para siempre. 
  • Rom 8:7-8 ya que la mente puesta en la carne es enemiga de Dios, porque no se sujeta a la ley de Dios, pues ni siquiera puede hacerlo, y los que están en la carne no pueden agradar a Dios. 
Entonces ¿Puedes vivir en pecado (quebrantando la ley de Dios), en la carne y ser espiritual? Acaso es posible un debate entre cristianos sobre si "podemos o no pecar libremente". ¿Para eso sirve la gracia? Pablo nos gritaría en la cara "de ninguna manera" (Rom 6:1-2)


  • 1Jn 2:4 El que dice: Yo he llegado a conocerle, y no GUARDA sus mandamientos, es un mentiroso y la verdad no está en él; 
Pero me dirás: "no podemos guardar todos los mandamiento", la respuesta es: "sí puedes", porque tu Maestro y Salvador pudo, y hay una lista enorme en Hebreos 11 de todos los que pudieron vivir en fe (fidelidad), recibir la gracia y obedecer la voz de Dios. (1 Jn 3:5; Ef. 5:1; Fil. 2:8).

Guardar la ley

Guardar en hebreo es "Shamar" y significa concretamente: "cercar alrededor", es respetar, atesorar, advertir, meditar, observar, vigilar, custodiar. Hay una diferencia entre guardar y hacer. No se te requiere hacer todos los mandamientos, porque no eres al mismo tiempo hombre, mujer, levita, sacerdote, rey, campesino, juez, dueño de esclavos o esclavo, no vives en Israel y no hay templo. Quizás la lista para ti se reduzca a los 10 mandamientos, guardar las fiestas como memoriales de la primera y segunda venida del Mesías y comer lo que Dios dice que es comida, además de los obvios como no tener sexo con animales, no vender con pesas falsas, no ponerle el pie a un ciego o ayudar a tu enemigo si se le cae el burro al pozo (o su auto), etc. 

 No estoy diciendo que algunos mandamientos estén abolidos (Mt. 5:17), simplemente si no soy levita y no hay templo, las leyes sacrificiales no aplican para mí, no tengo que sacrificar corderos en mi jardín trasero (además que sería ilegal, porque eso sólo puede suceder en el templo y bajo la supervisión de un levita), sin embargo puedo GUARDAR estos mandamientos, meditar en ellos, y aplicar sus principios a mi vida, no hay sacrificios en el templo, pero "yo soy un sacrificio vivo" (Rom. 12:1), no hay sacerdotes sirviendo en el templo "pero yo pertenezco a una nación de reyes y sacerdotes" (Ex. 19:5-6; Ap. 1:6; 1 Pe. 2:9), no hay templo "pero yo soy el templo del Espíritu Santo" (1 Co. 6:19), no hay sacrificio de animales pero "Cristo es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Jn 1:29), y quién pagó mi rescate para sacarme de Egipto de casa de esclavitud" (Ex. 20:2; Gal. 4:7). (Este es otro tema pero Hebreos no dice que la ley cambió, sino que se trasladó de lugar, a nuestro corazón).

Entonces puedes guardar todos los mandamientos, meditar en ellos, amarlos, enseñarlos y vigilarlos, pero harás solamente los que sí puedes observar, (esto no es pretexto para no buscar obedecerlos) porque no son difíciles, no son gravosos, porque el yugo del Maestro es fácil, porque amas a Dios, porque quieres agradarlo, porque quieres hacer su voluntad y vivir en santidad, de otra manera, te estás engañando a ti mismo y la verdad (Jn 17:17; Sal. 119:142) no está en ti.

Recuerda que la definición bíblica de pecado es:
  • 1Jn 3:4 Todo el que practica el pecado, practica también la infracción de la ley, pues el pecado es infracción de la ley. 
  • Stg. 4:17 y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado. 
Así que por amor a Dios, no infrinjas sus mandamientos, y si hay algo que te está pidiendo hacer, hazlo, porque saber hacer lo bueno y no hacerlo, también es pecado.

Lee el Salmo 119 y descubre lo que significa GUARDAR los mandamientos del Padre, quizás por primera vez entiendas lo que significa amarlo (Lee Deuteronomio 6 y 10)

La SALVACIÓN viene primero y la evidencia de tu salvación debe ser AMOR hacia el que te salvó, y amarlo significa OBEDECERLO.
  • 1Jn 5:2-3 En esto sabemos que amamos a los hijos de Dios: cuando amamos a Dios y guardamos sus mandamientos. Porque este es el amor de Dios: que guardemos sus mandamientos, y sus mandamientos no son gravosos.
Una advertencia final:

Examínate, si eres salvo, ¿aborreces el pecado y amas a Dios guardando sus mandamientos?, porque sus mandamientos no son difíciles (Dt. 30:11; Rom. 10:7-9; Mt. 11:29-30), porque sino puedes obedecer a Dios voluntariamente, estás en la carne, y estás muerto.
  • Rom 8:8-9 y los que están en la carne no pueden agradar a Dios. Sin embargo, vosotros no estáis en la carne sino en el Espíritu, si en verdad el Espíritu de Dios habita en vosotros. Pero si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, el tal no es de El.
Si no amas la ley de Dios, si no obedeces sus instrucciones, estás inclinándote por el pecado, no puedes vivir en ilegalidad, en injusticia y llamarte seguidor de Cristo. Porque tal ideología es contraria a todas las Escrituras.
  • Mat 7:21-23 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de MALDAD.
MALDAD: "Anomía" (Strong G458) ilegalidad, violación de la ley, sin ley.

Pero Jesús/Yeshúa quebrantó algunos mandamientos...


¡Cuidado con esta declaración! Porque si Yeshúa hubiera roto un sólo mandamiento, se hubiera convertido en pecador (Sgo. 2:10), si hubiera quitado un sólo mandamiento se hubiera constituido en transgresor (Dt. 4) y un pecador no puede salvarte, "pero es Dios y puede cambiar los mandamientos si él quiere" me dicen algunos, eso lo convertiría en falso profeta según Deuteronomio 13, y en un corrupto, "pero ¿qué de la historia de la mujer adúltera en Juan 8?", alguno piensan que ese pasaje es espurio, pero asumiendo que es parte del texto original, aun así no contradice las Escrituras, Yeshúa/Jesús no apedreó a la mujer adúltera, porque Él sí guardaba la ley, la ley de Dios dice que si alguien es hallado en el acto mismo del adulterio, la mujer y el varón serán presentados y ambos morirán (Lev. 20:10) ¿dónde está el varón? si fue hallada en el acto mismo, él estaba allí. La ley dice que todos los casos de muerte se presentarán siempre con dos o tres testigos (Dt. 17:6) ¿dónde están los testigos? Todos los casos de juicio se presentarán ante jueces en la puerta de la ciudad (Ex. 21:6), Jesús es un rabino y está en el patio del templo, finalmente si se encontraba que alguien presentaba falso testimonio, y siguiendo a la mayoría (Ex. 23.1-2) debía ser castigado de la misma manera como hubiera sido castigado a quien acusaba (Ex. 23:7), es decir que toda la turba debería haber muerto apedreada porque estaban presentando un caso falso o ilegal. Finalmente el Maestro le dice a la mujer, "vete y no peques más", en otras palabras "deja de transgredir la ley".

viernes, 1 de enero de 2016

Lo que es y lo que no es ser un discípulo


Cuando nuestro Mesías estaba por ascender a los cielos, tomó tiempo para dejar las últimas instrucciones a sus seguidores, y esto fue lo que les dijo:
Mat. 28:19-20  Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;  enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.
Esta instrucción profética es parte del plan que el Padre diseñó desde el principio de la historia de la humanidad, que era necesario que el trajera a su pueblo de regreso de los cuatro confines de la tierra.

Luc. 21:24  Y caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones; y Jerusalén será hollada por los gentiles, hasta que los tiempos de los gentiles se cumplan 
Gén 48:17-19  Entonces viendo José que su padre ponía la mano derecha sobre la cabeza de Efraín, le pesó en sus ojos; y tomó la mano de su padre, por quitarla de sobre la cabeza de Efraín a la cabeza de Manasés.  Y dijo José a su padre: No así, padre mío, porque éste es el primogénito; pon tu diestra sobre su cabeza. Mas su padre no quiso, y dijo: Lo sé, hijo mío, lo sé; también él vendrá a ser un pueblo, y será también acrecentado; pero su hermano menor será más grande que él, y su simiente será plenitud de gentiles.
Rom. 11:25  Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes acerca de vosotros mismos; que la ceguedad en parte aconteció en Israel, para que entre tanto entrase la plenitud de los gentiles;
Jesús dijo que hiciéramos discípulos, no convertidos. Es de suma importancia que entendamos esto, porque antes de ir y hacer discípulos tenemos que reconocer que todos somos discípulos, que todos estamos en este proceso de ser como el Maestro. Pero es difícil entender un concepto si no somos puntuales con las definiciones, así que iniciemos por precisar lo que significa la palabra discípulo.

En el Antiguo Testamento encontramos la palabra discípulo en primera de Crónicas:
1 Cr. 25:8  Y echaron suertes para servir por turnos, entrando el pequeño con el grande, lo mismo el maestro que el discípulo.
En hebreo se dice: “Talmid” y significa alumno, la raíz de esta palabra es “lamad”; propiamente significa aguijonear, (siendo la vara un incentivo oriental):- acostumbrar, adiestrar, aprender, domar, ensayar, enseñar, instruir, hábil.

En griego encontramos este término en Mateo:
Mat. 10:24-25  El discípulo no es más que su maestro, ni el siervo más que su señor. Bástale al discípulo ser como su maestro, y al siervo como su señor. Si al padre de familia llamaron Beelzebú, ¿cuánto más a los de su casa?
En griego se dice: “Madsetés” y significa alumno:- discípulo, la raíz es madséo, y significa aprendiz, saber, estudiar.

Entonces un discípulo por definición es uno que aprende, es adiestrado, entrenado y corregido en algunos casos con el incentivo de la vara de la disciplina, con el propósito de acostumbrarlo para que sea hábil. El discípulo aprende, y ensaya lo que su Maestro le instruye a hacer, porque su meta es ser como él.

Así que teniendo la definición precisa podemos aclarar lo que no es un discípulo:

  1.             Un discípulo no es uno que tomó una clase o que ha estudiado un manual de discipulado (llámese Plan Maestro de Discipulado Cristiano, Perfeccionando a los Santos, Nueva Vida en Cristo,  ¿Qué es un Cristiano?, o su manual de preferencia. Ahora no estoy diciendo que un discípulo no pueda o deba estudiar algún material en particular, puede ser una herramienta útil de estudio, pero eso no es lo que lo que te hace un discípulo.
  2.             Un discípulo no es uno que hace su devocional todas las mañanas, ciertamente un discípulo necesita ser un estudiante diligente de la Palabra de Dios, y necesita orar todos los días, pero hacer eso no te hace un discípulo.
  3.            Un discípulo no es alguien que asiste a un grupo pequeño y a la celebración de la iglesia. No tampoco estoy diciendo que un discípulo no deba congregarse y reunirse con otros a estudiar la Biblia, pero reunirte, no te convierte en discípulo.

Entonces ¿qué te convierte en un discípulo?

Primero necesitamos recordar, que un discípulo es uno que sigue a un maestro, aprende de él, se deja corregir por él, y le permite entrenarlo hasta que es un experto, ¿quién es nuestro Maestro?, eso es fácil, nuestro Maestro es Jesús el Mesías, o Yeshúa de Nazaret como le decían sus primeros seguidores, y me encanta su nombre en hebreo porque significa “Salvación”.

La mejor manera de descifrar el misterio es dejando que sean las mismas Escrituras las que nos definan el proceso de convertirnos en discípulos del Mesías de Israel.

1.       Mat. 16:24  Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.
a.        Ser discípulo del Maestro Yeshúa es negarse a uno mismo, eso significa decirle no a lo que yo quiero, a lo que mi carne anhela, después debo tomar mi cruz y eso significa simplemente morir y seguirle. Suena muy dramático, pero es simple, para nacer de nuevo tienes que morir, el grano tiene que morir, después caer en tierra y hasta entonces podrá germinar y producir fruto.

2.       Juan 8:31  Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos;
a.       Si anhelas ser un discípulo del Mesías es necesario permanecer en su Palabra, no se trata sólo de conocerla, pero tienes que estudiar toda su enseñanza, todo lo que dijo, necesitas volverte un experto en las letras rojas de la Biblia, cuando estudias la Biblia necesitas usar a Cristo como mentor, como intérprete, como el contexto de todo lo que leas, todo lo que entiendas de la Escritura tiene que concordar con sus Palabras y su enseñanza, porque el no vino a decir nada que no haya salido de la boca del Padre y esto nos lleva al siguiente punto.

3.       Juan 15:10  Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; como yo también he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor.
a.       Jesús dijo que si permanecemos en su Palabra seremos sus discípulos, y el Juan 15 (y te recomiendo que lo leas completo) dice que permanecer en las palabras del Mesías es obedeciendo sus mandamientos, igual como el obedeció los mandamientos de su Padre. Así que permanecer no es sólo conocer sus instrucciones, es obedecer sus mandamientos, y sólo para aclarar, los mandamientos del Padre, son los mismos de Jesús. Juan 14:10  ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras.

4.       Mat. 7:21  No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
Mat 12:48  Respondiendo él al que le decía esto, dijo: ¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos? Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos. Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano, y hermana, y madre.
a.       Si dices que el Mesías es tu Maestro entonces harás la voluntad del Padre, Jesús no contradice nada de lo que el Padre que lo envió instruyó a su pueblo a hacer, así que un verdadero discípulo tomará tiempo para conocer la voluntad del Creador del universo desde Génesis hasta Apocalipsis, no te preocupes, tienes toda la vida para aprender y practicar, pero empieza hoy. Obedecer al Hijo es obedecer al Padre, y honrar al Padre es honrar al Hijo, (Jn. 12:44, Jn. 5:23,)

5.       Juan 13:35  En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.
a.       Una clara evidencia de que eres discípulo de Yeshúa es que amas a los demás, y la definición de amor, si la recuerdas es hacer lo correcto por los otros, es cuidarlos como un regalo preciado, no tiene que ver con sentimientos, sino con la decisión voluntaria de no hacer nada que los dañe y todo para protegerlos. No hablas mal de ellos, no les robas, no codicias, no murmuras ni levantas falso testimonio y haces lo necesario para cuidar su santidad y relación con Dios.

6.       Juan 15:8  En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos
a.       Un verdadero discípulo del Mesías, lleva mucho fruto, y esto a veces se confunde con ser evangelistas y llevar muchas personas a la iglesia, y aunque compartir las buenas noticias es una responsabilidad de cada creyente esto no es lo que significa bíblicamente llevar fruto. El fruto del Espíritu de acuerdo a Cristo en Juan 15, a Pablo en Gálatas 5 y a Santiago 3 es obediencia a las instrucciones de Dios, a todas ellas, lo opuesto a producir fruto espiritual es vivir en la carne y esto significa simplemente vivir en pecado, y la definición de pecado la tenemos en 1 Jn 3:4  "Cualquiera que hace pecado, traspasa también la ley; y el pecado es transgresión de la Ley".

7.       Isaías 8:16  Ata el testimonio, sella la ley entre mis discípulos.
a.       Un discípulo del Mesías, lleva como sello la ley del Señor en su mente y corazón, de esto se trata el Nuevo Pacto, la circuncisión del corazón y amar a Dios, el Padre trasladó su ley de tablas de piedra, a las tablas de nuestro corazón: Jer 31:31-33  He aquí que vienen días, dijo el SEÑOR, en los cuales haré nuevo pacto con la Casa de Jacob y con la Casa de Judá: No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui el marido de ellos, dijo el SEÑOR: Mas éste es el Pacto que haré con la Casa de Israel después de aquellos días, dijo el SEÑOR: Daré mi ley en sus almas, y la escribiré en su corazón; y seré yo a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.
b.      Eze 36:24-17  Y yo os tomaré de los gentiles, y os juntaré de todas las tierras, y os traeré a vuestra tierra. Y esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré. Y os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis mandamientos, y guardéis mis derechos, y los pongáis por obra.
c.       Deu 10:12-13,16  Ahora, pues, Israel, ¿qué pide el SEÑOR tu Dios de ti, sino que temas al SEÑOR tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma; que guardes los mandamientos del SEÑOR y sus estatutos, que yo te mando hoy, para que halles bien?...  Circuncidad, pues, el prepucio de vuestro corazón, y no endurezcáis más vuestra cerviz.
d.      Rom. 2:29  sino que es judío el que lo es en lo interior; y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del cual no es por los hombres, sino por Dios.

Ahora sabes lo que significa ser un discípulo del Mesías, tu meta es parecerte a Él cada día, aprender algo y ponerlo en práctica, tienes que ser un experto en sus enseñanzas, y además tienes que vivir de acuerdo a lo que aprendas de Él.  No te engañes a ti mismo, no basta ser religioso, no te sirve de nada, un día estaremos en su presencia y hay dos cosas que podemos escucharlo decir:
Mat. 25:21-23  Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. 
Mat. 7:22-23 Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?  Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.
La palabra maldad en griego es “anomía” y significa “sin ley”. Entonces ¿obedecer la ley nos salva? No, la ley nunca tuvo el propósito de salvarnos, la fe en Cristo es lo que te salva (Rom. 3:24), pero un verdadero creyente, vivirá de acuerdo a su fe. (Santiago 2:18), no puedes decir que crees en el Dios de Abraham, Isaac y Jacob, y no vives como vivieron ellos (Gén 26:5), la ley te bendice en esta tierra, te hace próspero aquí (Josué 1:8), y además le dices a Dios que lo amas (Juan 14:15).  La Palabra es la semilla, la tierra es tu corazón, la raíz es tu fe, el fruto es tu obediencia. Examínate, (2 Cor. 13:5) si no produces fruto de arrepentimiento, (Gal 5), mejor empieza por arrepentirte y volver a Dios, para que entonces puedas dedicarte a ser discípulo del Maestro.

El discipulado del creyente empieza cuando llega a la cruz de Cristo, o si lo miras desde la perspectiva del Tabernáculo en el desierto: al altar de sacrificio (Lv. 4:26), y termina en las Bodas del Cordero o el Lugar Santísimo (Éx. 26:33-34). Es una carrera que se corre en un camino angosto (Mt. 7:14), y requiere perseverancia, disfruta el proceso, recuerda a quién le perteneces, y a qué pueblo has sido injertado mientras corres y llegas a la meta.

1Pe. 2:9-10  Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia

Si vas a hacer listas o proponerte un plan para este año, lo mejor que puedes hacer es ponerte como meta ser un verdadero discípulo del Maestro, créeme, todo lo demás no es tan importante.

martes, 18 de agosto de 2015

El pecado de la rebelión

En el primer libro de Samuel, encontramos una de las historias más dramáticas en la vida del primer Rey de Israel.

Si lees el capítulo completo de 1 Samuel 15, encontrarás esta historia, cuando Dios unge por medio de Samuel a Saúl como Rey (el primer rey de Israel, de la tribu de Benjamín), y su primera orden fue ir a la guerra contra los amalecitas, (los amalecitas eran descendientes de Esaú el hermano de Jacob) la instrucción de Dios fu clara, no debían conservar de este pueblo nada como botín, todo debía ser destruido, porque este pueblo ya había sido juzgado por Dios, ya que en la historia bíblica descubrimos que los amalecitas,  (Ex. 17:8) fueron los primeros en atacar a los israelitas cuando estaban de camino a la tierra prometida, y siguieron atacando los campos israelitas cada vez que tenían la oportunidad, además que sus prácticas paganas e idolátricas contaminaban al pueblo apartado por Dios.

En la historia, Saúl y su ejército ganan la batalla, pero Saúl cometió un grave error, no escuchó a Dios, escuchó al pueblo y consintió en tomar como botín lo mejor del ganado y perdonar la vida de Agag, rey de los amalecitas.

Dios le da un sueño a Samuel y le dice:
1Sa 15:11  Me pesa haber puesto por rey a Saúl, porque se ha vuelto de en pos de mí, y no ha cumplido mis palabras. Y se apesadumbró Samuel, y clamó a Jehová toda aquella noche. 

"Me pesa..." esta es una declaración muy triste, en hebreo la palabra es "nakjám" y significa literalmente "suspirar" o respirar hondo", ¿te imaginas a Dios suspirando por tu pecado, por no poner atención y no cumplir sus palabras?

Dios entonces envía a Samuel ahora para declarar el juicio contra Saúl. Saúl intenta excusarse, como suele pasar después de que pecamos (Gn. 3:12), diciendo que es culpa del pueblo que quiso guardar lo mejor para sacrificarlo a Dios. Samuel entonces le aclara a Saúl el corazón de Dios:

El Eterno Creador del universo no está interesado en los holocaustos y en los sacrificios, no instituyó el sistema sacrificial (Lev 1-7), porque tenía sed de sangre, lo hizo por nuestra causa, porque es necesario el derramamiento de sangre para el perdón de los pecados (Heb. 9:22), los holocaustos no son lo que le interesa, porque de hecho cada sacrificio de animales, le recordaba, nada menos que nuestras transgresiones (1 Jn. 3:4), el inocente tomaba nuestro lugar, los rituales y sacrificios, le recordaban nuestro pecado. No se le instruyó a Saúl agradar a Dios con holocaustos, se le instruyó agradarlo con obediencia. 1 Sam. 15:19  ¿Por qué, pues, no has oído la voz de Jehová, sino que vuelto al botín has hecho lo malo ante los ojos de Jehová? 

1Sa 15:22  Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros. 



La primera lección que debemos aprender de la vida y caída de Saúl, es que Dios, no está buscando que cumplamos con una religión, sus rituales y tradiciones, el Eterno está esperando como sacrificio vivo, santo y agradable (Rom. 12:1), nuestra obediencia.

Ahora Samuel pronuncia juicio contra Saúl:

1Sa 15:23  Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey. 

Hagamos el ejercicio de analizar las palabras claves de este versículo:

מְרִי merí = Rebelión de H4784; amargura, i.e. (Figurativamente) rebelión; Rebelión = Hacerse amargo, desagradable, contrario a dulce. Opuesto a la autoridad o al control (No seas amargo para Dios) La raíz de meri es mara: מָרָה mará raíz primaria; amargo (o desagradable); cambiar, desleal, enojar, irritar, provocar, rebelarse, rebelde.

פָּצַר patsár = Obstinación H6484 raíz primaria; picotear, i.e. (Figurativamente) perplejo o tedioso:- hacer, importunar, insistir, instar, obstinación, porfiar. Obstinación = Como picotear e insistir en el sentido torcido.  (No seas enemigo de Dios, hostil o su oponente)

Dios le declara a Saúl por medio de Samuel, que la rebelión contra su Palabra, es igual al pecado de idolatría y de adivinación, la idolatría (Ex. 20:4) simplemente le dice a YHWH que él no es tu Rey, y que no tiene ninguna autoridad sobre tu vida, es una abierta declaración de guerra y enemistad con el Eterno, y la razón es porque nuestro Creador es celoso y no está dispuesto a compartirnos con nadie.

 La adivinación (Dt. 18:10-12) es un grave pecado y este en particular hace a Dios arder en ira (2 Cro. 33:6) y la castiga con la muerte (Ex. 22:18), en Apocalipsis 22:15 tenemos en la misma lista de los que no entrarán en el reino de los cielos, a los idólatras y a los hechiceros. Ambas prácticas provienen del adversario. 

Dios desechó a las naciones que practicaban la hechicería, la adivinación y la idolatría y es exactamente lo que hizo con Saúl, lo rechazó. 

Santiago o Yaacov como era su nombre en hebreo en su carta a las 12 tribus en la dispersión, hace esta advertencia, tal vez recordando el triste episodio en la vida de Saúl: 

Stg 4:5-7  ¿O pensáis que la Escritura dice en vano: El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente?  Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. 

Yahweh, nos anhela celosamente, y nos da el regalo inmerecido de la vida, la oportunidad de regresar a casa, cuando somos humildes y estamos dispuestos a someternos a Dios, ¿qué otra cosa es el arrepentimiento?, sino el decidir volvernos de nuestro malos caminos, para encontrarnos con Dios y su Palabra, para hacer lo que le place, para seguir sus instrucciones, para dejar de poner pretexto o de echarle la culpa a otros, para dejar nuestra obstinación y nuestra soberbia que nos hace pensar que podemos adorar a Dios como nos place y a nuestra manera. Y cuando lo hacemos en humildad, entramos por la única puerta, Yeshúa/Jesús de Nazaret, quién pago por nuestras transgresiones, para que podamos andar en nueva vida (Rom. 5:16-18), una vida de obediencia.

No puedes decirle a Dios que lo amas de otra manera, amarlo es sinónimo de obediencia, es su lenguaje de amor, y está por todos lados en la Escritura:

Deu. 6:5  Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.

Mat. 22:37  Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.

Jn. 14:15  Si me amáis, guardad mis mandamientos.

Jn. 14:21  El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.

1Jn. 5:2-3 En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios, y guardamos sus mandamientos. Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos.



Quizás es hora que tomemos en serio las palabras de nuestro Maestro, que la verdadera fe produce un fruto único, y se llama obediencia, porque un día estaremos en su presencia, y no podemos presentarnos delante de su trono llenos de soberbia, como lo hizo Saúl, diciendo: “hice todos estos holocaustos para ti”, o “estuve involucrado en tal o cual ministerio”, o “fui pastor de multitudes” o “hice milagros y señales”, porque al final lo único que importará es si hicimos la voluntad del Padre, si nos sometimos voluntariamente a su voluntad.

Mat 7:21-23  No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre (el que obedece sus instrucciones) que está en los cielos.  Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?

Mat 7:23  Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad (Griego, anomía = sin ley, sin instrucción, sin Torah).  (Paréntesis añadido.)

Cada vez que repetimos el Padre Nuestro, orándole al Padre: "Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra," ignorantemente procedemos a hacer nuestra propia voluntad, esperando de alguna manera agradar al Padre. ¿Cuál es su voluntad? Así lo dijo el Mesías: “Yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre, que me envió, él me dio mandamiento de lo que he de decir y de lo que he de hablar. Y sé que su mandamiento es vida eterna. Así pues, lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho”. Juan 12:49-50

Aun cuando él hubiera preferido que fuera de otra manera, hizo la voluntad del Padre, y fue obediente hasta la muerte y muerte de cruz. Hacer la voluntad del Padre es simple, obedece sus instrucciones, y si no sabes cómo, sólo imita a Yeshúa (1 Co. 11.1), un paso detrás de sus huellas, come su polvo y estarás en la dirección correcta. 

¿No sabéis que ... sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte o sea de la obediencia para justicia? Rom 6:16

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