¿Qué es la justicia?
Si te preguntan ¿qué es la justicia? Tal vez piensas en
justicia social, en equidad, tal vez te viene a la mente una definición de
diccionario. “Principio moral que inclina a obrar y juzgar respetando la verdad
y dando a cada uno lo que le corresponde”. Quizás a tu mente viene la imagen de la balanza o la "justicia ciega "¿Será la misma definición bíblica?
En la primera parte del Sermón del Monte, tenemos las “Bienaventuranzas”,
un bienaventurado es uno doblemente feliz o estable, y una de estas
bienaventuranzas dice:
Mat. 5:6
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque
ellos serán saciados.
Hambre y sed de justicia
¿Has sentido hambre o mucha sed? La verdadera hambre causa
dolor, y hasta lo que te parecía desagradable se te antoja. Yeshúa dijo que si
tenías hambre y sed de justicia sería satisfecha tu hambre.
La palabra “justicia” aparece unas 400 veces en toda la
Escritura.
Analicemos la palabra gramaticalmente en hebreo y en
griego para descubrir su significado concreto.
Justicia en hebreo se dice: “tsedacá” (Strong: H6666 צְדָקָה) que significa:
rectitud, equidad, honradez, la raíz de la palabra es צָדַק “tsadác” significa:
ser derecho, conformado a un hecho, patrón o verdad.
La primera vez que aparece en la Escritura es en la historia
de Abraham cuando Dios hace pacto con él y le promete una gran descendencia, Gén
15:6 “Y creyó a Jehová, y le fue contado
por justicia”. Dice el texto que Abraham
le creyó a Dios primero y eso le fue contado por justicia, es decir, Abraham se
conformó a la verdad que Dios le había declarado, y se mantuvo estable y firme
ante su verdad (fe, creer), la evidencia de que Abraham le creyó a Dios es que
cuando él le pidió sacrificar a su propio hijo no dudó, él ya había creído y se
conformó a esa verdad (justicia).
Justicia en griego se dice: “dikaiosúne” (Strong: G1343 Δικαιοσύνη)
la raíz es “dikaio” y significa, inocente o sin culpa, cumplimiento de los deberes
hacia la divinidad, obedecer leyes divinas, lo que es recto, norma para todos
los hombres.
La primera vez que aparece en el Nuevo Testamento o Nuevo
Pacto es en Mat 3:15 “Pero Jesús le
respondió: Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia.
Entonces le dejó”. Era necesario que el Mesías obedeciera todas las leyes del
Padre y estableciera lo que es recto.
Que la Escritura defina la justicia
Teniendo este trasfondo, profundicemos en la Escritura y
dejemos que sea la misma Palabra de Dios, la que nos pruebe la definición de
justicia, sugiero que en tu mente repitas la definición cada vez que lees la
palabra justicia en la Biblia, y observa cómo afecta el texto, Justicia
es: “obedecer leyes divinas, conformarse a la verdad o ser inocente”.
Isa 51:7 Oídme, los
que conocéis justicia, pueblo en cuyo corazón está mi ley. No
temáis afrenta de hombre, ni desmayéis por sus ultrajes.
1Jn 2:29 Si sabéis
que él es justo, sabed también que todo el que hace justicia es nacido
de él.
Rom 2:13 porque no
son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley
serán justificados.
En otra entrada, ya definimos pecado, que según la Escritura
es: “Transgresión de la ley” (1 Jn. 3:4), lo que sería lo opuesto a la
justicia, entonces observa:
1Jn. 3:9-10 Todo
aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado (transgresión de la
ley), porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar (transgredir
la ley), porque es nacido de Dios. En
esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no
hace justicia (no obedece leyes divinas), y que no ama a su hermano, no es
de Dios.
Eze. 14:13-14 Hijo de
hombre, cuando la tierra pecare (transgrediere la ley) contra mí
rebelándose pérfidamente, y extendiere yo mi mano sobre ella, y le quebrantare
el sustento del pan, y enviare en ella hambre, y cortare de ella hombres y
bestias, si estuviesen en medio de ella
estos tres varones, Noé, Daniel y Job, ellos por su justicia (obediencia
a leyes divinas) librarían únicamente sus propias vidas, dice Jehová el Señor.
La justificación y la fe
La Biblia afirma que
nadie se justificó (fue hallado inocente) a sí mismo por la ley, sino que
siempre la fe fue requerida para salvación, y esto es una verdad absoluta en la
Biblia, nadie puede salvarse así mismo, porque todas nuestras obras sin fe, son
trapos de inmundicia (Is. 64:6), ya que sin fe todo lo que hace un hombre, lo
hace para su propia gloria y no para la gloria de Dios. Porque un incrédulo o
un ateo pueden hacer buenas obras, y sin embargo su caridad no es contada por
justicia, porque son para sí mismos y no para Dios.
Hab 2:4 He aquí que
aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; mas el justo (inocente, el
que obedece leyes divinas) por su fe (estabilidad, fidelidad) vivirá.
El escritor de la carta a los Hebreos, nos da una larga
lista de hombres y mujeres de fe (Heb. 11), que creyeron a Dios, y su fe les
fue contada por justicia. Recordemos que fe, significa: “fidelidad, establecido,
confiable”. Pero también nos dice que otros escucharon el evangelio (buena
noticia) pero no les aprovechó (no les fue útil o benéfico) porque no venía
acompañado (mezclado) de fe (estabilidad, confianza, fidelidad), a los que la
oyeron (oír para obedecer).
Heb 4:2 Porque
también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; pero
no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe
en los que la oyeron.
Esto es, porque la fe sin obras está muerta (Stg. 2:20), nuestro
Maestro nos dijo que el hombre prudente era el que oía y hacía lo que él enseñaba
(Mt. 7:24), y el Apóstol Pablo y Santiago insistieron en que fuéramos no sólo
oidores sino hacedores de la Palabra (Rom. 2:13; Stg. 1:22). Tú vives y actúas
de acuerdo a lo que crees que es la verdad, no vas a dar la vida por algo en lo
que no estás firme o seguro, pero si crees, entonces vas a dar fruto de acuerdo
a esa verdad.
La justicia y el amor
Finalmente practicamos la justicia, es decir la obediencia a
las leyes divinas, no para salvarnos, obedecer los mandamientos y las
instrucciones de Dios, le añaden a nuestra salvación NADA, porque obedecemos
por amor. El amor siempre estuvo involucrado en la obediencia, ¿recuerdas el mayor
mandamiento de acuerdo a nuestro Mesías?:
Deu. 6:5 Y amarás
a YHWH tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.
Deu. 11:1 Amarás,
pues, a YHWH tu Dios, y guardarás sus ordenanzas, sus estatutos, sus decretos y
sus mandamientos, todos los días.
Obedecer siempre se trató de amor, no de salvación, de
guardar, de cuidar en el corazón el precioso regalo de sus instrucciones.
Pro. 3:1 Hijo mío, no
te olvides de mí ley, Y tu corazón guarde mis mandamientos;
Jn. 14:15 Si me
amáis, guardad mis mandamientos.
Jn. 14:21 El que
tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el
que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.
Jn. 15:10 Si guardareis
mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado
los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor.
En el lugar Santo en el tabernáculo en el desierto, se
encontraba el Arca del Pacto, y sobre ella el Propiciatorio, que era el trono
de Dios en la tierra, ahora piensa, EL AMOR (1 Jn. 4:7-8) se sentaba sobre las INSTRUCCIONES (Éx. 24:12) (la ley – La Torah) que le había dado a su pueblo a guardar, y que había escrito con su propio dedo.
El propósito del Nuevo Pacto era que viviéramos en el
Espíritu, y que dejáramos la carne:
Jer. 31:31-33 “He
aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la
casa de Israel y con la casa de Judá. No como el pacto que hice con sus padres
el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos
invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová. Pero este
es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice
Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré
a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo”.
Eze 36:24-27 “Y yo os
tomaré de las naciones, y os recogeré de todas las tierras, y os traeré a
vuestro país. Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas
vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré. Os daré
corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré
de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré
dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos,
y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra”.
Gál 5:16-18 Digo,
pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.
Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra
la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. Pero
si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley.
Si sigues leyendo todo el pasaje de Gálatas 5:16-26, vas a
observar con claridad la diferencia entre andar en el Espíritu, y andar en la
carne, (por cierto que no se puede ser cristiano carnal, o cristiano
espiritual, ese concepto no existe en la Escritura, o eres carnal (muerto) o
eres espiritual (vivo), lo único intermedio se llama tibieza (Ap. 3:16), pero esa le da asco a Dios).
Pablo concluye que si somos guiados por el Espíritu, no
estamos bajo la ley, ¿toda la ley de Dios? No, en Romanos nos explica ese
punto, Rom. 8:2 Porque la ley del
Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del
pecado y de la muerte. (Gn. 2:9; Dt. 11:26-29)
La consecuencia de pecar (romper la ley de
Dios) es la muerte, Dios le dijo a Adán, “si comes de ese árbol te mueres”, la
paga del pecado es muerte (Rom. 3.23; Rom. 6:23).
No podemos obedecer perfectamente los mandamientos de Dios,
nos vamos a resbalar de vez en cuando (1 Jn 1:9), nuestra carne siempre va a
luchar con nuestro espíritu (Rom. 7:23), sin embargo, si tienes hambre y sed de
justicia (Amós 8:11), un día esa desesperación y ese anhelo por agradar a Dios será
satisfecho (Jer. 31:34) por completo.
Dios dijo que el que transgrede su ley, debe morir, y Dios es justo, así que alguien murió. Nuestro Mesías tomó nuestro lugar, porque en la justicia de Dios, siempre alguien tiene que pagar (Rom. 6:23), así que el justo murió por los injustos, no menosprecies este regalo (Heb 10:26-28), tú merecías la cruz (Rom. 5:8), en el Mesías, ya no eres esclavo del pecado, ahora eres libre, una nueva criatura, para vivir como siervo de la justicia (Rom. 6:18; Ef. 2:8-10).
¿Tienes hambre de obedecer las
instrucciones de YHWH nuestra justicia
(Jer. 33:16)? Si es así, tu hambre será satisfecha.
Ahora revisa estos pasajes y analízalos, ya entiendes lo que
gramaticalmente significa la justicia, ahora completa tu investigación y llega
a tu propia conclusión.
Mateo 6:33
Levítico
19:15
Deuteronomio
6:25
Isaías
51:5-8
Jeremías 31:18-36
Jeremías
22:3
Jeremías 33:15-16
Ezequiel
18:5-20
2 Crónicas
6:23
Salmo 23:3
Daniel 12:3
Oseas 10:12
Amós 5:15
Sofonías 2:3
Mateo 5:6-20
Mateo 6:1
Mateo 21:32
Juan 16:8-10
Romanos 6:16-19
Romanos 8:10
Romanos 10:3
2 Corintios 6:14
Efesios 4:24
Efesios 6:14
Filipenses
1:11
2 Timoteo
3:16
1 Timoteo 1:9
Hebreos 11:7
1 Pedro 2:24
2 Pedro 2:5
1 Juan 2:29
1 Juan 5:3
Apocalipsis
18:19
Apocalipsis
22:11